EL CAPRICHO DE GAUDÍ
En el litoral occidental de Cantabria, muy cercano a San Vicente de la Barquera y a la frontera asturiana, se encuentra la localidad de Comillas. Conocida por sus arquitecturas modernistas y medievales, es una parada obligatoria en tu visita a Cantabria.
Uno de sus monumentos más importantes es el Capricho de Gaudí o la Villa Quijano, en la parte alta de la localidad, junto a otros edificios de gran valor como el Palacio y la Capilla-Panteón de Sobrellano. Está situada muy cerca del casco histórico de Comillas y cuenta con indicaciones por toda la villa, por lo que no tiene perdida.
Fue mandada construir por Máximo Díaz de Quijano, emigrante en Cuba que hizo una importante fortuna en el continente americano. Cántabro de nacimiento, era además concuñado del primer marqués de Comillas, Antonio López y López, dueño del Palacio de Sobrellano.
Las obras fueron dirigidas por Cristóbal Cascante, que también había sido el director de la construcción del Palacio del Marqués de Comillas, pero bajo el diseño del afamado arquitecto catalán Antonio Gaudí. De Quijano conoce al arquitecto gracias a que uno de sus familiares, Isabel, se casa con Eusebi Güell, uno de los mecenas más importantes de Gaudí. Le encargaría obras de renombre en España como el Parque Güell y el Palacio Güell. El Capricho de Gaudí fue construido entre el 1883 y 1885, en el tiempo que se estaba construyendo en Barcelona la Casa Vicens de Gaudí, con la que guarda similitudes estilísticas.
El Capricho es una obra que recuerda totalmente al estilo de Gaudí de los años 80 del siglo XIX, con corte modernista y una clara influencia oriental. Algunas de las partes más características del increíble edificio, recuerdan a monumentos asociados al arte islámico español, como por ejemplo la torre-minarete sobre la puerta de entrada.
Cuando se iniciaron las obras, había en el terreno algunas edificaciones, como un invernadero y un templete. Gaudí, que trataba siempre de respetar al máximo el entorno, no solo no destruyó estas estancias sino que las incorporó a su proyecto, creando a partir de ellas el cuerpo principal. El invernadero que podrás ver en tu visita a la villa, era una de esas estructuras previas, y además, respondía a una de las aficiones Máximo Díaz: la botánica.
Como era habitual en las obras de Gaudí, toda la organización y construcción de la Villa Quijano, responde a resguardarla de los vientos, aprovechar las horas del sol y cumplir las funciones necesarias. Es decir, usar en su beneficio, el cambiante clima cántabro
El edificio cuenta con tres partes principales: el semisótano, la planta principal y el desván. En el interior, todas las estancias necesarias para el uso de vivienda vacacional para la que fue construida, desde cocina a trasteros, cochera, dormitorios, espacios para el servicio, etc.
Su decoración, tanto exterior como interior, muestra el gran cuidado que Gaudí ponía en todos sus diseños. Todo está pensado al detalle, para responder a la idea que el tenía en su cabeza, pero también identificarse con el futuro dueño. Así, colocó en diferentes puntos de la casa, decoración relacionada con la música, otra de las pasiones de Máximo. Si te fijas en la barandilla de la Torre-minarete, podrás ver claves de sol, y en uno de los baños, dos vidrieras increíbles de una abeja tocando la guitarra y un pájaro con su órgano. También se utilizaron por todo el edificio decoraciones vegetales, geométricas y animales, destacando la cantidad de girasoles de todo el exterior.
Pasear por El Capricho de Gaudí es un regalo a la vista. Cada parte de la vivienda está perfectamente pensado y decorado con motivos de todo tipo, que no dejarán de sorprenderte a cada vistazo
Los materiales, que llaman la atención por su increíble juego cromático, van desde las vidrieras, cerámicas, maderas, piedra, ladrillo, azulejo, hierro y teja. El edificio en sí es un juego de color y luces, todo pensado al milímetro. Incluso la colocación de las diferentes estancias y los puntos de entrada de luz y calor, responden a que tipo de actividad se hacía en cada una de ellas, y en que momento del día se utilizaban más.
Pero no solo el edificio fue planeado por Gaudí, sino que también diseñó todo el exterior. Para salvar el desnivel del terreno, tuvo que realizar una obra de excavación y aplanado, pero muchos de los materiales que sacaron fueron utilizados para hacer escaleras, muros y senderos. En uno de los extremos, creó una cueva artificial abierta con ventanas y puerta, y un muro en piedra en su interior.
En honor al arquitecto catalán, Antonio Gaudí, se colocó en 1989 una escultura en broce, realizada por el artista Marco Herreros
Tras el fallecimiento de Máximo Díaz, la vivienda fue heredada por diferentes generaciones. Durante la Guerra Civil es abandonado, y en 1977, Pilar Güell Marcos, última descendiente de los López-Díaz de Quijano, la vende a Antonio Díaz, empresario cántabro del sector del mueble, que monta el restaurante El Capricho de Gaudí. Tras la venta al grupo japonés Mido Development, que primero lo restaura para crear un restaurante de lujo, y finalmente, desde 2009, pasa a ser el espacio museístico actual. Cuenta con una exposición permanente sobre el Antonio Gaudí más joven, que incluye además una zona concreta sobre la faceta del arquitecto en su diseño de mobiliario.
Si como te comentamos en Comillas Información Práctica, visitar la localidad era un indispensable de Cantabria, pasarte a recorrer El Capricho de Gaudí, es una parte protagonista de esa excursión. Es una de las obras más importantes de la arquitectura contemporánea española y un ejemplo único de modernismo en territorio cántabro.
Horarios
Los horarios de apertura y cierre varían dependiendo de la época del año, por lo que te recomendamos que te informes bien para evitar cualquier sorpresa. El último acceso es media hora antes de la hora de cierre. Se recomienda dedicar por lo menos 45 minutos a la visita del Capricho de Gaudí.
- De noviembre a febrero: de lunes a domingo de 10:30 a 17:30. Cerrado el 24, 25 y 31 de diciembre, y el 1 y 6 de enero.
- De marzo a junio y de septiembre a octubre: de lunes a domingo de 10:30 a 20:00.
- Julio y agosto: de lunes a domingo de 10:30 a 21:00.
Tarifas
Desde la organización se ofrecen diferentes opciones de visita adaptados a los gustos y deseos de cada uno de los turistas. Dependiendo de la opción que elijas hay un precio diferente. La visita guiada tiene una duración de 45 minutos, pero se recomienda dedicar por lo menos 30 minutos más a disfrutar del espacio por tu cuenta. Hay opción a precio reducido en algunos casos, como para los niños.
- Visita guiada por Comillas y El Capricho de Gaudí: 15€
- Visita guiada y entrada al monumento: 10€
- Entrada libre sin visita guiada: 7€
- Visita en familia y actividad para los niños: 10€
- Entrada flexible sin visita guiada: 10€. Podrás utilizarla en los próximos 30 días a la compra
- Entrada flexible con visita guiada: 15€. Podrás utilizarla en los próximos 30 días a la compra