TORRES DE VILLADEMOROS LUARCA

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La Torre de Villademoros se encuentra en Cadaveo, obra del siglo X, es una muestra de la arquitectura señorial con carácter militar de la Baja Edad Media de Asturias. Declarada Bien de Interés Cultural.

La edificación consiste en un prisma recto rectangular con base cuadrada. El lado de la base mide 7,85 metros mientras que la altura es de 13,20 metros, aunque antiguamente dicha altura era mayor ya que poseía un techo que hoy en día no existe por el estado en el que se encuentra la Torre. Las esquinas que confortan la Torre son de sillar y las paredes son de sillarejo; el perímetro de los vanos está constituido por sillar de arenisca.

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Con el fin de no permitir la entrada a personas no deseadas, la puerta se halla a la altura del piso dos y concluye con un arco apuntado, de donde sale un puente levadizo. La torre posee veintitrés saeteras, cinco ventanas doveladas finalizadas en arco de medio punto, tres troneras, así como dos matacanes y geminadas, todo ello con el fin de comunicar con el exterior.

Muchas leyendas hay detrás de dicha torre. Una de ellas dice que su dueño era el Caballero Pelayo, coetáneo al Rey Don Pelayo, de ahí que la torre también reciba el nombre de solar del Caballero Pelayo. El Caballero Pelayo junto con cuatrocientos hombres provenientes del campo de Luarca fueron en ayuda del Rey Don Pelayo, en el camino, en Cornellana, se encontraron con tres mil moros que huían hacia Galicia, a los que los hombres del campo junto con Pelayo acuchillaron. Tras la leyenda anterior se estableció que el origen de la Torre había sido para usarla de defensa y vigilancia romana, y posteriormente los reyes asturianos la usaron con el fin de defender su reino.

Se han encontrado escritos de que la Torre fue atacada y destrozada por los Normandos en el reinado de Don Ramiro, y en el siglo X se llevó a cabo su reconstrucción. En los siguientes siglos (XIII, XIV y XV) la Torre ha sufrido una serie de remodelaciones. Otra de las leyendas que posee la Torre, es que esta fue habitada por el Caballero Diego Peláez, nieto del Caballero Pelayo, en tiempos del Rey Astur Mauregato. En una etapa el Caballero Diego Peláez fue a Galicia a dar servicio al Rey Casto, lo que hizo que el Rey Astur despojara al Caballero de su torre y del solar. A su regreso diego Peláez encontró su hogar habitado por moros y doncellas que estos habían traído de sus tierras. Diego retó entonces al capitán moro, tras la pelea, Diego salió vencedor y volvió a conseguir ser dueño de la Torre, le fueron entregadas las doncellas y el lcapitán moro fue prisionero.