FARO DE LUARCA
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El Faro de Luarca se encuentra en la Atalaya, en uno de los extremos del cementerio, próximo a la ermita de la Atalaya, en la punta Focicón. Fue construido en el año 1860. Formando parte del conjunto de la capilla de la Atalaya, el cementerio y los restos de la muralla defensiva del siglo XVI. Está compuesto por una vivienda y una torre ubicada al oeste inicialmente, pero con el paso de los años la construcción fue evolucionando y se fueron adosando edificaciones por el lado este del faro.
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La vivienda se levanta sobre una base cuadrada y es de una única planta, en cullo lado oeste dispone de desván y buhardilla. Está construida de mampostería revocada y fue pintada con sillares de granito formando zócalos, rebordes de huecos y en esquinas y cornisas. Por otra parte, también posee vanos adintelados que se encuentran enmarcados con sillares de granito con molduras. Cubierto con pizarra a cuatro aguas.
La torre del faro es de base prismática y sección cuadrada, llegando a alcanzar una altura de unos 5 metros. Está compuesta por tres fachadas, las cuales poseen una vidriera en forma de arco de medio punto y están enmarcadas en piedra; el objetivo de dichas vidrieras es iluminar el interior de la torre con la luz del exterior. Las esquinas de la torre se encuentran rematadas por sillares de piedra simulando almohadillado y línea de imposta en la que se instala el arco de la ventana y cornisa con dentículos. Sobre la torre se encuentra una linterna que va rodeada de una barandilla. El interior de la torre es amplio y se encuentra iluminado por los ventanales, en él se encuentra una escalera de caracol de hierro que da acceso a la linterna. En los siglos XVI y XVII, el lugar donde se encuentra el faro sirvió de fuerte defensivo con el objetivo de proteger Luarca de los ataques franceses e ingleses, A los pies de este lugar fue donde comenzó a construirse la villa, construyéndose los primeros barrios de pescadores. Cuando el faro no existía, las embarcaciones eran guiadas mediante hogueras, y en el siglo XIV fue cuando por primera vez se encendió la luz del campanario de la ermita, para ser guía de las embarcaciones. Esta luz se mantuvo encendida hasta la construcción del faro.